Una
tortuga laúd (dermochelys coriácea) cercana a los dos metros de longitud ha
aparecido muerta -con evidentes signos de descomposición- en el margen
izquierdo de la desembocadura del Guadiana, en las inmediaciones de la barriada
de Canela (Ayamonte).
Esta
especie, la mayor de todas las tortugas
marinas, se desplaza por los océanos miles
de kilómetros en su periplo vital y subsiste gracias a las medusas, que forman
la parte fundamental de su dieta, de las que pueden comer diariamente el equivalente a su propio peso, jugando así un papel muy importante en el mantenimiento del
equilibrio ecológico marino.
A la tortuga laúd, declarada en peligro de
extinción inminente, no le faltan depredadores;
desde mapaches, perros, lagartos o aves
que expolian sus nidos de huevos en las playas de arenas blandas de México,
Costa Rica, Surinam o la Guayana Francesa donde las hembras hacen sus puestas
hasta orcas y tiburones en su fase adulta.
Pero
los principales problemas para esta
tortuga vienen de la amenaza del ser humano: contaminación de los océanos con
petróleo o aceites de los motores, choques con embarcaciones, apresamiento en
redes comerciales de pesca o la muerte por ingestión de bolsas de plástico que
tragan confundiéndolas con las medusas.
En breve os propondré una actividad simbólica. Saludos piragüeros.
Más
información:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir sugerencias y colaborar con tus opiniones