Desde el minuto uno nos acompañó el viento, que no cesó en ningún instante. Una salida catalogada de dificultad mínima, se convirtió por este motivo en un paseo dificultoso, que llegó incluso a tener momentos desagradables...
Yo tuve la suerte de ir acompañado, en una embarcación doble, de Elio que ya con sus siete "añazos" es todo un campeón en esto del piragüismo. Su visión de las cosas dándole interpretaciones a las formas de las montañas, a los árboles caídos, a la transparencia del agua... me hicieron el trayecto más llevadero... otr@s no tuvieron la suerte de contar con esta compañía.
Terminamos con un excelente almuerzo en Casa Merca, allí mismo felicitamos a Juan Repiso que fue el impulsor de esta salida. Habrá que repetirla... (pero con menos viento). Saludos piragüeros.
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