Como si fuésemos objetivo de un virus furibundo, empezaron a descolgarse gente de la ruta "El Terrón/El Portil"... y al final quedamos
l@s mejores;
l@s incombustibles...
El día no empezó bien; tuvimos que modificar los planes sobre la marcha al encontrarnos el remolque inutilizado por un acto vandálico... nos recompusimos y optamos por transportar el material en las bacas de nuestros vehículos. Eso provocó cierta "desincronización" que mitigamos con paciencia y buen humor.
Salimos de la zona prevista (¿milagrosamente?) con cerca de una hora y media de retraso... eso no nos importó porque en el recorrido tuvimos tiempo para detenernos y deleitarnos con un agradable paseo por la maravilla natural que es la Lengua de arena del Portil; ver informaciones en el enlace:
http://www.ecologistasenaccion.org/article8519.html .
Una de las anécdotas del día surgió ala hora de la comida. Habíamos quedado en llegar al restaurante sobre las tres de la tarde; con el retraso que llevábamos vimos que eso sería muy difícil, así que decidimos parar a comer (Diego Mesa apostó fuerte por esta opción) y nos dimos cuenta que el dinero no lo llevábamos encima. Nos tocó a Susino y a mí ir a hablar con el dueño del restaurante La Ola (
http://www.elrompido.info/rompido/cartaya/restaurantes/la-ola/) que no sabemos qué se le pasaría por la cabeza al vernos llegar con la pinta de salir empapados de las piraguas y que veníamos a pedirle fiada la comida, para pagarle a la vuelta...Para sorpresa nuestra no puso ningún incoveniente, sino todo lo contrario; y, como manda la tradición, resultó un almuerzo estupendo a un precio fenomenal y con un postre exquisito.
Con el estómago lleno y viendo el mundo con otra perspectiva acabamos la ruta sin mayores incidentes, con la tristeza de no haber contado en el viaje con
algun@s amig@s asidu@s como Juan y María. Saludos piragüeros.