Desde que tuvimos aquella conversación (tras una ruta con experiencias desagradables) y optamos por la opción de recrearnos, de pasarlo bien, ir relajado@s... la verdad es que disfrutamos mucho más de las salidas.
Pasada la etapa de las proezas y heroicidades, ahora somos más hedonistas y gozamos mucho más de estos paseos nocturnos...
El rato que pasamos en la Gola esperando la puesta del Sol, la cantidad de tonalidades del atardecer... la salida de la Luna... el regreso con las luces del ocaso... son experiencias difíciles de reproducir... hay que estar ahí y vivirlas; por eso titulo este "post" que vivimos cerca del "Paraiso".
No podía faltar la anécdota de turno; siempre hay aquell@s que quieren llegar con sus embarcaciones a lugares prohibidos... lugares que sólo son accesibles a embarcaciones como las nuestras: ligeras, silenciosas, seguras y que se adaptan perfectamente a este entorno, donde los bancos de arenas y sedimentos de las mareas hace realmente difícil la navegación a embarcaciones de mayor calado...
La cena posterior en el bar Belmonte, magnífica.
Os dejo algunas fotos de la salida. Saludos piragüeros.
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