8/24/2015

...los dedos de una mano...



“Y llegó el día de Mértola, pospuesto dos veces por distintas razones. Amaneció estupendo, no mucho calor y una brisa agradable.
A la hora prevista, puntuales, éramos cinco : Alejandro, Domingo, Shane, Fabi y yo, Miguel. El transporte de las piraguas lo hicimos en varios coches,  por lo que la preparación de salida fue rápida, en 5 minutos estábamos listos.  Al poco de salir, uno de los coches sufrió un percance antes de incorporarnos a autopista, aunque todo quedó en anécdota. Llegamos a Mértola sobre las 11:20 y a las 11:40 estábamos en el agua.
El paisaje, como bien conocéis algunos, increíble, un día ideal para la práctica de esta actividad. Pasamos el primer molino sin necesidad de bajarnos y así, disfrutando del paisaje, contemplando garzas y águilas durante todo el recorrido, disfrutando del “silencio impresionante”. Así llegamos al segundo molino, donde hicimos una parada, nos dimos buenos baños y remolcamos las piraguas porque por el río, ese trozo, era imposible, A partir de ahí, continuamos durante media hora, y cuando eran aproximadamente las 14:00,  decidimos parar para comer, relajarnos, charlar y darnos un buen baño….por cierto, antes de llegar a esta lugar, vimos una cabra en el monte que intentaba levantarse sin conseguirlo, por lo que Domingo y Alejandro, bajaron, subieron por el monte y la libraron de unos alambres con los que se había enganchado y le estaban destrozando la pata, así que un premio para estos artistas.
La vuelta igualmente fantástica, con saltos de agua incluido en los molinos, pero que pudimos pasar, aunque con alguna anécdota graciosa de caídas y remolques.
En definitiva,  un día inolvidable, donde todos hicimos grupo de convivencia, nos reímos, anécdotas varias y ahí queda otro buen rato para nuestro haber.
Hasta la siguiente, “ (Miguel Fernández)

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